Falta de deseo sexual. El deseo se apaga en silencio, pero también puede renacer con escucha y comprensión.

Sentir que el deseo se ha esfumado puede generar un profundo malestar. No solo afecta a la intimidad, sino también a la conexión emocional con la pareja y a la percepción de una misma o de uno mismo.

Muchas personas viven en silencio esta desconexión, sintiéndose solas, confundidas o incluso culpables por no «responder como antes», sin saber que detrás de ese apagón puede haber muchas causas posibles… y que todas ellas tienen solución.

La falta de deseo sexual es uno de los motivos más frecuentes de consulta en terapia de pareja, y es mucho más común de lo que parece. No habla de fracaso. Habla de una señal, de un aviso del cuerpo o de la relación. Escucharla, entenderla y trabajarla puede transformar no solo la vida sexual, sino el vínculo afectivo en su conjunto.

¿Qué es la falta de deseo sexual?

Se considera falta de deseo sexual cuando hay una ausencia persistente o recurrente de pensamientos, fantasías o motivación para iniciar relaciones sexuales.

Pareja sentada en la cama sin mirarse, con gesto serio y distancia emocional, en una habitación con luz cálida. Imagen que transmite desconexión y falta de deseo sexual en la relación.

Puede aparecer desde siempre (primaria), o surgir después de una etapa en la que sí existía deseo (secundaria).

Cuando no hay pareja, esta situación puede pasar desapercibida. Pero dentro de una relación, puede convertirse en un foco de conflicto, distancia, inseguridades y sufrimiento. Muchas personas sienten vergüenza, miedo a decepcionar, o presión por “cumplir”.

¿Por qué ocurre la falta de deseo sexual?

Las causas son muy variadas y, muchas veces, se entrelazan. Desde factores hormonales o médicos, hasta cuestiones emocionales como el estrés, la ansiedad, el cansancio acumulado o una vivencia negativa de la sexualidad.

También influyen aspectos de la relación: conflictos sin resolver, falta de conexión, rutina, heridas emocionales, o una diferencia significativa en el deseo entre los miembros de la pareja.

A veces no hay un problema de deseo real, sino una desincronía: uno necesita más frecuencia o intensidad, y el otro, menos. Pero el problema no es el deseo en sí, sino cómo se gestiona.

En terapia sexual, todo esto se puede trabajar

En Alma Psicología abordamos estos casos desde un enfoque emocional, respetuoso y sin juicios. Trabajamos con la persona o con la pareja para descubrir qué bloquea el deseo, qué heridas están activas y qué caminos se pueden abrir para recuperar el placer, el vínculo y el encuentro.

Contacto psicólogas en puerto de sagunto

Si crees que en tu pareja está apareciendo la falta de deso sexual, puedes contactar con nosotras en la consulta en la Avenida 9 d’octubre 54, 2, 4 de El Puerto de Sagunto o mediante mail en alma@almapsicologia.com

o mediante Teléfono, WhatsApp o Telegram en el 607 27 65 67  donde te atenderemos lo antes posible para ayudarte.

Mientras que hablamos, puedes acceder a nuestro  Canal de YouTube de Alma Psicología.


Preguntas frecuentes de falta de deseo sexual

Sí. El deseo no es una constante. Puede fluctuar según el momento vital, el estado emocional, los niveles de estrés, el vínculo con la pareja o incluso el ciclo hormonal. No siempre indica un problema grave, pero sí merece ser escuchado.

No necesariamente. El amor y el deseo no siempre caminan al mismo ritmo. Pueden existir el uno sin el otro. Muchas veces, lo que falta no es amor, sino espacio emocional, calma, conexión o novedad.

La terapia ayuda a explorar el origen del bloqueo, identificar dinámicas que lo alimentan y crear nuevas formas de conectar con el propio cuerpo y con la pareja. No se trata solo de “recuperar el deseo”, sino de entender qué lo apaga.

Ambas opciones son válidas. Si es algo que afecta a la relación y ambos estáis dispuestos a abordarlo, la terapia de pareja puede ser muy útil. Pero si sientes que necesitas comprenderte a ti misma/o primero, la terapia individual también es transformadora.

Las diferencias de deseo son comunes. No es un problema en sí mismo, pero sí puede generar conflictos si no se habla abiertamente. En terapia trabajamos cómo gestionar estas diferencias con respeto y sin presión.

Esto se conoce como deseo sexual hipoactivo primario. No es un defecto, pero puede ser una fuente de sufrimiento si te genera conflicto o afecta a tu relación. También se puede trabajar en terapia, desde un lugar cuidadoso y libre de juicios.

«Recuperar el deseo no es solo cuestión de sexo, sino de conexión, escucha y cuidado mutuo. En Alma Psicología te acompañamos a reencontrarte contigo y con tu pareja desde un lugar seguro y sin juicios.»